jueves, 15 de diciembre de 2016

Querido Diego, te abraza Quiela.

Quiela. Así la llamaba Diego. Quiela.
Pero Diego ya no está.
Se ha marchado a México. Sin ella. No había dinero para dos pasajes. Pero no va a volver. Y ella en el fondo lo sabe, aunque se resiste a ver la cruda realidad.
1921. Angelina Beloff, pintora de origen ruso y exiliada en París, escribe durante un año una carta tras otra a Diego Rivera, el amor de su vida, su compañero del alma, su marido durante 10 años.
En esas cartas recuerda su vida juntos, a su hijo muerto, sus inicios como pintora, su familia, cómo se conocieron y cómo se enamoraron, el descubrimiento de otras mujeres y de otros hijos, el dolor de entonces y el dolor de ahora.
Recuerda para que duela, para sentir algo cuando el alma está muerta, para tener esperanza, para engañarse a sí misma, para que parezca que va a haber respuesta, que aún la quiere, que no la ha olvidado.
Pero nunca responde. A veces manda dinero. Y eso es peor. Ni una palabra. Las cartas se espacian. Y llega el momento. La última carta.
¡Cómo me ha gustado este libro! ¡Qué bien escrito está! En él Elena Poniatowska describe con maestría una historia de desamor. Es delicada, brutal, dulce y amarga a la vez. Está tan bien escrito que eres capaz de sentir con Quiela, de respirar con Quiela, de sufrir con Quiela y de llorar con Quiela el dolor más grande que existe: que te dejen de querer.
¡Imprescindible!                                                                                                                  SLHLT
P.D. ¡Qué bonitos hace los libros Impedimenta!

No hay comentarios:

Publicar un comentario